Chismear es prácticamente un deporte, pero de alto riesgo. Socava las relaciones y arruina la imagen de nuestros compañeros en tan solo unos segundos.

Una historia que me gusta contar en el aula es la de «Plumas al viento»:

Esta historia dice que en una aldea una persona comenzó a hablar mal del sabio de la comunidad. Iba de casa en casa diciendo mentiras y algunas medias verdades para desprestigiar la reputación del sabio.

Un día se dio cuenta que aquello estaba mal y arrepentido se dirigió a la casa del sabio a pedir perdón.

– ¡Por favor, te suplico me perdones por mi error!

– Claro que te perdono – contestó el sabio – pero antes necesito que me hagas un favor.

– ¡Por su puesto! dijo el chismoso

– Por favor, toma una almohada, ve al campo, rómpela y esparce las plumas.

Confundido el aldeano hizo lo solicitado. Luego volvió a la casa del sabio.

– ¡Listo! ¿Ya estoy perdonado?

– Solo una cosa más. Ve y junta todas las plumas esparcidas.

– Pero señor… ¡eso es imposible!

– Así de difícil es reparar todo el daño que has hecho con tus palabras.

¿Notamos en el relato la actitud del aldeano? reconoció su error, pero también se vio obligado a reconocer que su modo de actuar dejó una cicatriz irremediable en la persona y su imagen.

Antes de hablar de alguien podemos preguntarnos:

Esto que voy a decir ¿construye o beneficia a la otra persona?

¿Son mis palabras críticas destructivas que lo único que pretenden es describir una situación?

¿Demuestro con mi forma de hablar y pensar que me considero superior a los demás?

Podríamos pensar que si nosotros ADVERTIMOS al resto sobre una persona entonces nuestra actitud es positiva o beneficiosa para cuidar a alguien que quiero. Pero pensá: ¿es tu forma de ver la realidad como otros la perciben?

El clima de las instituciones se ve afectado de una forma muy negativa cuando promovemos el chisme, por eso, si alguien te quiere contar algo sobre alguien frenalo o retírate de la conversación, construirnos como persona requiere que pensemos todo el tiempo en como construir a los demás.

Reflexionemos en la ansiedad y los sentimientos de culpa que podemos generar en nuestro compañero, en su enojo, en su frustración… su dolor. No es justo generar todo esto en una persona ¿no?

TELÉFONO DESCOMPUESTO

Quizás te contaron algo, que te dijo un amigo, de un amigo de la amiga de la persona que le sucedió. Al atravesar tantos canales de comunicación y repetición la información seguramente se ve afectada, modificada. Por eso, no conviene repetir historias, vayamos a las fuentes.

 

Frenar el chisme en el trabajo es el comienzo para forjar relaciones constructivas que fomenten el trabajo en equipo, la confianza y el respeto.

Hay formas mas sanas de divertirse, no uses el chisme, esto solo te aleja de las personas.

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